En
el marco de la II Cima Regional de Seguridad organizada por la
Intendencia Metropolitana, la directiva ejecutiva de la Fundación Paz
Ciudadana, C. Mertz apuntó que desde el año dos mil diez desde este
momento la percepción de un nivel alto de criminalidad en las comunas
del país medró un cincuenta y cinco con 1 por ciento , afectando
substancialmente la calidad de vida de los chilenos.
La
economista, que presentó un análisis sobre la situación de inseguridad
ciudadana que se vive en diferentes unas partes del territorio nacional,
aparte de una radiografía a nivel mundial y De Sudamérica, explicó que
el miedo frente a la comisión de un delito se ha acrecentado los últimos
años, singularmente por la victimización que registró en dos mil
catorce un cuarenta y tres con cinco por ciento , el índice más alto
desde el dos mil a partir de ahora.
La
directiva de Paz Ciudadana apuntó que desde principios de ésta década
se observa un acreciento progresivo en los índices de percepción socios a
la falta de seguridad, como por poner un ejemplo, la violencia, la
delincuencia y el peligro real de ser víctima, como la percepción sobre
un ‘alto nivel’ de criminalidad en la comuna entre los años dos mil diez
a dos mil catorce (Ver gráficas más abajo).
“Tanto
la victimización como la sensación de inseguridad son inconvenientes
duros que afectan la calidad de vida de los chilenos. Las personas
sienten miedo primordialmente por su exposición personal al delito o
bien el de su ambiente más cercano”, explicó Mertz.
Las causas y efectos de la falta de seguridad
En
su exposición, la directiva ejecutiva explicó que los elementos
determinantes de ésta levanta en los índices de inseguridad y miedo está
dado por componente reales, como, el ser víctima de un delito, sobre
todo aquellos contra la propiedad; la presencia de faltas y por si no
fuera suficiente con lo anterior incivilidades en su comuna o bien
distrito (Grafitis, consumo de alcohol en la vía pública, sitios
eriazos, comercio itinerante, etcétera); y la poca confianza que se
tiene en la eficiencia de la institucionalidad (fiscales y policías)
frente al actuar de los criminales.
Los
efectos de esta inseguridad —explicó Mertz— produce cambios en la
ciudadanía, como por ejemplo, parar de hacer determinadas actividades
(cambios de rutinas), múltiples gastos en medidas de seguridad física
(alarmas, cámaras, muros, electrificación de cercos, etcétera), aparte
de una baja en la valoración de las policías y autoridades, entre otros
muchos.
Conforme
datos de la Fundación, el ‘alto temor’ se distribuye prácticamente
homogéneamente entre comunas de la ciudad de Santiago y zonas (catorce
por ciento y trece con tres por ciento ) y que es en los campos
norponiente y surponiente de la zona Metropolitana donde se presentan
más altos índices (quince por ciento ). Por si fuera poco con lo
precedente, que los índices afectan fundamentalmente a las mujeres
(dieciséis con siete por ciento ), en el tramo de edad de cincuenta y
seis años y más, y que los campos de nivel social y económico más bajo
presentan mayores niveles de ‘temor alto’.